shh..."un minuto de silencio..."... para Tierno que está muerto”. Sí, la más maravillosa de las músicas se escuchó con el Gran Sorete en la lona. Destruido y casi al borde del KO, pretendió ponerse de pie aunque no tuvo respuestas. Es que recibió el golpe de gracia de la sociedad. El más duro de su oscura historia como ciudadano, abogado y funcionario.
El Gran Sorete no está más, por suerte, al frente de la Municipalidad. Los ciudadanos marcharon, como cada viernes, por la avenida San Martín con la sensación de paz interior, de la victoria en una batalla legítima que se gestó en las calles, con artistas, vecinos comunes y una multisectorial que fue tan importante como la presencia de cada uno de los que marcharon siempre poniendo el grito en el cielo para arrancar de raíz, como cirujanos empíricos de la calle, un cáncer que avanzaba peligrosamente.
A diez minutos de las 9 de la noche, hace ratito nomás, las Mujeres por la Solidaridad encabezaron la marcha con los motoqueros. Esta marcha de las flores, con el propósito de adelantar el Día Internacional de la Mujer, estuvo teñida de miedo por algunos sectores que quisieron empañar la fiesta. Pero esas amenazas quedaron enterradas rápidamente.
Como cada viernes, hubo palmas, murga, teatro,cantos, bombos y silencio al pasar frente a la clínica modelo.
Una gran bandera argentina custodió a las mujeres solidarias. Atrás, la foto de siempre, esa anaconda multicolor, que desembocó en el playón del Centro Cívico, escenario de una batucada ininterrumpida de quince minutos.El regreso fue de fiesta. ¿Cuántos?, tres mil quinientos, quizá cuatro... no importa. La gente se manifestó pacíficamente como siempre. Y festejó su victoria frente a la municipalidad de Santa Rosa, esa que ya no huele a tanta mierda. Por si alguien se lo perdió, sonó fuerte, bien fuerte, el más maravilloso hit, el que todos quisieron cantar siempre: “Un minuto de silencio..., para Tierno que está muerto”.
Publicado por elsoreteestierno.blogspot.com
Fotografía: elsoreteestierno.blogspot.com
El Gran Sorete no está más, por suerte, al frente de la Municipalidad. Los ciudadanos marcharon, como cada viernes, por la avenida San Martín con la sensación de paz interior, de la victoria en una batalla legítima que se gestó en las calles, con artistas, vecinos comunes y una multisectorial que fue tan importante como la presencia de cada uno de los que marcharon siempre poniendo el grito en el cielo para arrancar de raíz, como cirujanos empíricos de la calle, un cáncer que avanzaba peligrosamente.
A diez minutos de las 9 de la noche, hace ratito nomás, las Mujeres por la Solidaridad encabezaron la marcha con los motoqueros. Esta marcha de las flores, con el propósito de adelantar el Día Internacional de la Mujer, estuvo teñida de miedo por algunos sectores que quisieron empañar la fiesta. Pero esas amenazas quedaron enterradas rápidamente.
Como cada viernes, hubo palmas, murga, teatro,cantos, bombos y silencio al pasar frente a la clínica modelo.
Una gran bandera argentina custodió a las mujeres solidarias. Atrás, la foto de siempre, esa anaconda multicolor, que desembocó en el playón del Centro Cívico, escenario de una batucada ininterrumpida de quince minutos.El regreso fue de fiesta. ¿Cuántos?, tres mil quinientos, quizá cuatro... no importa. La gente se manifestó pacíficamente como siempre. Y festejó su victoria frente a la municipalidad de Santa Rosa, esa que ya no huele a tanta mierda. Por si alguien se lo perdió, sonó fuerte, bien fuerte, el más maravilloso hit, el que todos quisieron cantar siempre: “Un minuto de silencio..., para Tierno que está muerto”.
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